Villarías

Las modernas y respetuosas instalaciones de un campo de golf rodean al antiguo núcleo de población de Villarías. Sobre una ligera loma se encuentra la primitiva y pequeña iglesia románica que se ha restaurado recientemente. También se aprecia la transformación que se ha sufrido el Palacio de los Arce, caracterizado por sus grandes volúmenes cúbicos y por una fachada blasonada en la que impera la simetría. En las proximidades de Villarías, en el antiguo camino que se dirigía hacia Medina de Pomar, un esbelto puente medieval salvaba el paso del río Nela.

Villarcayo

En el año 1560 el Doctor Mendizábal otorga a Villarcayo el título de Capital de las Siete Antiguas Merindades. La villa comenzó entonces su crecimiento. Algunos edificios de esa época constituyen hoy, junto a otros mas modernos, su legado patrimonial. En este destacamos el conjunto de casonas de la calle Santa Marina, las casas de la Plaza Mayor con sus tradicionales casas con galerías acristaladas y sus blasones, la torre del antiguo Corregimiento, el edificio del Ayuntamiento, el museo de Santa María la Real de Vileña, la ermita de San Roque y la moderna parroquia de Santa Marina. Pero el principal reclamo turístico de Villarcayo se localiza en el Soto, un amplio y cuidado espacio verde a orillas del Nela destinado al esparcimiento con piscinas naturales, campos deportivos, espacios de recreo, paseos, arbolado y jardines.

Villanueva la Lastra

El río Nela delimita la merindad y el territorio de Medina de Pomar. Junto a sus orillas se estableció esta pequeña población. En su núcleo resalta la torre cúbica de su iglesia parroquial. Junto a la carretera, aislada del resto del conjunto, se alza la Granja de los Ribacardo, una construcción defensiva del siglo XIV, que tras posteriores usos y una excelente rehabilitación, hoy se ha transformado en una acogedora posada. Se trata de una de las edificaciones mejor conservadas de la Merindad.

Villanueva la Blanca

Los habitantes de Villanueva la Blanca siempre han estado vinculados a la actividad agraria. El conjunto, organizado en torno a una plaza, deja a uno de sus lados la iglesia de San Pedro, un edificio de una sola nave del siglo XVII que destaca por su interesante altar y por su gran volumen. Villanueva encierra un buen sabor medieval que se constata en varios palacios, casas blasonadas e incluso casas tradicionales que, respetando las reglas dictadas por la arquitectura popular, presentan en sus fachadas arcos de medio punto, escudos, ventanas y otros elementos decorativos góticos, barrocos y sobre todo renacentistas.

Villalaín

Estamos ante uno de los mejores conjuntos artísticos de la merindad. Al otro lado de la carretera, los Díez Isla levantaron un palacio con una bella arquería y un patio amurallado anterior a la construcción, al que se accedía a través de un excelente arco. En las cercanías del palacio es posible admirar la ermita de Torrentero y apreciar sus orígenes románicos. Su iglesia parroquial, que data del siglo XVI, se emplaza en la salida hacia Bisjueces, en la parte del conjunto mas poblada. En ella es posible encontrar algunas casonas blasonadas y otras que sus vecinos han rehabilitado de forma ejemplar, contribuyendo a mantener las líneas básicas marcadas por la arquitectura popular

Villacomparada de Rueda

En la falda del monte de Castellanos se emplaza este núcleo urbano. En su parte alta resalta su iglesia parroquial, una construcción en cuyo ábside está presente su estilo románico. Cercana a la iglesia existe una pequeña torre defensiva. Pero el edificio mas relevante es el Palacio de los Saravia de Rueda, un edificio señorial y defensivo del siglo XVI que aún muestra su carácter en una torre y una de sus fachadas. Aunque su acceso es muy complicado, señalaremos que en dirección a San Juan de Lechedo, un núcleo de población de carácter privado, existe una antigua necrópolis altomedieval muy escondida entre robles y encinas.

Villacanes

Ubicado en una suave ladera junto al río Nela, esta pequeña población, que aún conserva buenas muestras de la arquitectura tradicional, se une a la capital de la merindad, Villarcayo, por tres puentes. Dos de ellos comunican con las piscinas naturales y el espacio verde del soto, y un tercero, una gran pasarela metálica, da acceso a la zona del camping, las piscinas municipales, el área de recreo de las Francesas, la presa de Churruca y la Residencia. Una amplia planicie existente en el camino de la Quintana fue utilizada como campo de aviación durante la guerra civil. A la otra orilla de esta carretera, casi oculta por la vegetación, se localiza la antigua Abadía de Rueda, hoy propiedad privada.

Tubilla

En las orillas del río Nela se emplaza este tranquilo núcleo rural, formado por varias casas tradicionales, otras mas modernas y una pequeña iglesia. La ribera del río conforma un lugar ideal para el ocio: la pesca, el baño, la merienda o el paseo.

Torme

Este interesante conjunto, emplazado a orillas del Trema, aún conserva un importante legado de su pasado. Hoy se conservan varias casonas que embellecen sus fachadas de piedra con escudos, arcos y ventanas de buena talla. Algo apartado del centro, el palacio de los López de Salazar, edificio renacentista con excelente fachada de sillar y exquisita decoración, ha sido reformado recientemente. La iglesia parroquial mantiene algunos de sus originales elementos propios del románico del siglo XII así lo atestiguan su ábside, sus ventanas, sus capiteles y su portada. En la amplia plaza, en las cercanías de una casona de estilo indiano, podemos observar como otra antigua iglesia renacentista olvidó sus funciones de culto para transformarse en vivienda. Por este núcleo discurre el sendero GR-1, que procedente de Peña Horrero se dirige hacia Villanueva la Lastra y Salazar.

Santa Cruz de Andino

Los campos de cereal rodean esta población que ocupa un privilegiado emplazamiento en los llanos de la Merindad de Castilla la Vieja. Al fondo la Tesla, la Sierra de Tudanca o las cumbres de la Cordillera rompen el horizonte. A pesar de su lamentable estado, el edificio mas relevante de Santa Cruz es la Torre de los Gómez de Porras, una construcción defensiva medieval de formas cúbicas. La espadaña de su iglesia parroquial, que data de los siglos XVI y XVII, resalta sobre la silueta de este conjunto. En torno a ella se agrupa el caserío y los diferentes edificios anexos destinados a la faenas agrarias.

Salazar

Estamos ante el mejor conjunto artístico de la merindad. Salazar, declarado Bien de Interés Cultural, guarda en sus calles un denso patrimonio artístico: sus sólidas casonas blasonadas, sus torres y palacios, sus iglesias, sus fuentes, su crucero y sus armoniosas casas tradicionales que tienen en la solana, el portalón y el patio sus elementos mas singulares. En la entrada al conjunto artístico encontramos el Palacio de Salazar, formado por dos torres unidas a un cuerpo central, que exhibe los blasones en su perfecta fachada de sillar. La solidez del edificio nos avanza una idea del poderío de este linaje en siglos pasados. Es recomendable pasear por todas sus calles para descubrir sus rincones y las obras de los nuevos artistas que han sabido apreciar el valor de este conjunto.

Quintanilla de los Adrianos

Desde el pequeño alto donde se emplaza este tranquilo núcleo se divisa una excelente panorámica de la Merindad y de su capital, Villarcayo. La actividad agraria ha dejado huella en el entorno mas cercano y en la modestas construcciones populares. La silueta del campanario de una pequeña iglesia de estilo popular resalta sobre la silueta del conjunto.