Mozares

En una zona llana cercana al río Trema, uno de los principales afluentes del Nela, se emplaza esta tranquila población. El colorido verde de la tupida vegetación de ribera contrasta con los amplios campos de cultivo que la rodean. Las necesidades de la actividad agraria han marcado los rasgos básicos de la arquitectura tradicional. Desde hace años, en pleno verano, con el calor característico, todos los habitantes de Mozares, participan en la organización de una jornada entorno a la siega y la trilla. Se pretende recuperar una tradición prácticamente perdida en un campo hoy en declive. Así también se da a conocer la forma de uso de los aperos de nuestros abuelos.

La Quintana de Rueda

La población se emplaza en una zona llana, rodeada de campos de cultivo. La actividad agraria ha condicionado su estructura y desarrollo. Se puede apreciar en una curiosa hilera de coloridas casas populares adosadas que cuentan con grandes portalones cubiertos y patios interiores por donde se accede a las viviendas. Es una muestra ejemplar de la arquitectura tradicional. En las proximidades se encuentra la Abadía de Rueda, una antigua abadía seglar que se levantó hacia el siglo XVII y que hoy es una propiedad privada. Durante la guerra civil, un extenso terreno llano situado en el camino a Villacanes fue utilizado como campo de aviación.

La Aldea

Ubicada en las proximidades de la Sierra de la Tesla, una curiosa y singular iglesia fortificada, centra la atención del visitante. Tras varias reformas esta edificación religiosa aún conserva parte de sus primitivos elementos constructivos románicos y góticos. Pero sobre todo el conjunto de la iglesia resalta una gran torre de aspecto defensivo ubicada a sus pies. Por la parte inferior de la torre se accede al interior de la iglesia y en la superior, bajo el cuerpo almenado, se abren unas ventanas donde se emplaza el campanario. En el centro de la población, encontramos varias casonas entre las que destacan los restos de una torre renacentista y de otra edificación señorial que lucía los escudos de los Salazar y de los Zorrilla sobre un arco de medio punto.

Horna

Dominando la localidad se eleva la iglesia parroquial del siglo XVI que conserva en su interior un hermoso retablo renacentista. Junto a ella se ubica la casa-torre de los López de Cartes, edificio del siglo XVI que perteneció a los antiguos tesoreros de las Merindades. Hoy Horna, debido a su proximidad a Villarcayo, se ha transformado en un núcleo residencial e industrial. En Horna se ubicaron las instalaciones de la línea férrea Santander-Mediterráneo, un gran proyecto del siglo XX que por dejadez política no vio nunca la luz. Estación, talleres, almacenes y una vieja locomotora de vapor Mikado nos recuerda un sueño en el que muchos depositaron sus esperanzas. Hoy la Estación es un buen lugar para el paseo y para contemplar diferentes manifestaciones artísticas.