Ubicado en una suave ladera junto al río Nela, esta pequeña población, que aún conserva buenas muestras de la arquitectura tradicional, se une a la capital de la merindad, Villarcayo, por tres puentes. Dos de ellos comunican con las piscinas naturales y el espacio verde del soto, y un tercero, una gran pasarela metálica, da acceso a la zona del camping, las piscinas municipales, el área de recreo de las Francesas, la presa de Churruca y la Residencia.

Una amplia planicie existente en el camino de la Quintana fue utilizada como campo de aviación durante la guerra civil. A la otra orilla de esta carretera, casi oculta por la vegetación, se localiza la antigua Abadía de Rueda, hoy propiedad privada.