En las cercanías del Molino de Bocos, las aguas del río Trema se suman a las del Nela, para recorrer un último y tranquilo tramo antes de llegar a su confluencia con el Ebro en Trespaderne.

En la población podemos observar como la iglesia de San Pedro, edificación reformada en el siglo XVI, exhibe algunos elementos de su primitiva construcción románica, como su sencilla portada románica datada en el siglo XII y que hoy se encuentra cobijada por un tejadillo.
Junto a la iglesia se emplazó el palacio de los Medinilla, del que hoy solamente quedan los restos de su muro y de su excelente portada, rematada por un escudo que aparece entre la densa hiedra.

En torno a su amplia plaza mayor se distribuye un cuidado caserío que lucha por mantener las antiguas reglas de la arquitectura popular.