La población se emplaza en una zona llana, rodeada de campos de cultivo. La actividad agraria ha condicionado su estructura y desarrollo. Se puede apreciar en una curiosa hilera de coloridas casas populares adosadas que cuentan con grandes portalones cubiertos y patios interiores por donde se accede a las viviendas.
Es una muestra ejemplar de la arquitectura tradicional.

En una zona llana cercana al río Trema, uno de los principales afluentes del Nela, se emplaza esta tranquila población. El colorido verde de la tupida vegetación de ribera contrasta con los amplios campos de cultivo que la rodean. Las necesidades de la actividad agraria han marcado los rasgos básicos de la arquitectura tradicional.

Desde hace años, en pleno verano, con el calor característico, todos los habitantes de Mozares, participan en la organización de una jornada entorno a la siega y la trilla.

Esta población nos ofrece la panorámica mas espectacular de toda la merindad. El río Ebro, camino del Valle de Valdivielso, ha tardado miles de años en horadar la roca caliza de la sierra de la Tesla y de la sierra de Tudanca y originar el abrupto desfiladero de los Hocinos. Los desafiantes y verticales perfiles rocosos son la morada del buitre leonado. Bajo sus nidos se extiende un tupido manto vegetal en el que conviven las especies habituales de cualquier ribera con otras muy diversas como encina, quejigo, haya, boj o madroño.

El primer asentamiento humano de este área data del siglo X y se localiza en las proximidades de Fresnedo, junto al antiguo camino que se dirigía a Gayangos. Se trata de Peña Horrero, una gran formación rocosa donde se emplazó una necrópolis altomedieval. En la parte superior de la peña se encuentra un conjunto formado por varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca (su acceso es dificultoso).

Este cuidado núcleo de población se emplaza a orillas del río Nela, que es flanqueado por la carretera y el olvidado trazado ferroviario del Santander-Mediterráneo. La excelente iglesia de San Salvador, que destaca sobre el resto de construcciones de Escaño, está considerada como uno de los mejores ejemplos del románico de las Merindades por su diversidad de elementos, su unidad de estilo, su juego de volúmenes y su contrastadas formas.

Este pequeño y apartado núcleo de población se estructura a lo largo de una calle principal donde las casas, algunas con sólidas fachadas de sillar, aparecen adosadas unas a otras. Al fondo de la calle resalta la iglesia parroquial, una construcción levantada entre los siglos XV y XVI.

Campos agrícolas, pastos ganaderos y pequeños bosquetes autóctonos de encinas y robles rodean esta pequeña y tranquila población. Al norte se eleva de forma muy suave el Alto de Bocos, conformando el límite natural con la Merindad de Montija. Es en este espacio natural, en una zona llana entre las poblaciones de Gayangos y Bárcena de Pienza, donde se extienden varias lagunas rodeadas por verdes pastizales.

Ubicada en las proximidades de la Sierra de la Tesla, una curiosa y singular iglesia fortificada, centra la atención del visitante. Tras varias reformas esta edificación religiosa aún conserva parte de sus primitivos elementos constructivos románicos y góticos. Pero sobre todo el conjunto de la iglesia resalta una gran torre de aspecto defensivo ubicada a sus pies. Por la parte inferior de la torre se accede al interior de la iglesia y en la superior, bajo el cuerpo almenado, se abren unas ventanas donde se emplaza el campanario.

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